
Últimamente mi química está un poco alocada. Puede ser que no haya razón o lógica que pueda convencer a los humores de mantenerse en alguna línea de cordura?. La excusa ciclotimia no es convincente, ni verdadera; no alcanza ni el estrés ni el sumo cansancio; ¿es que acaso no se puede contra menos agua o más vino en la sangre?, ¿es que acaso el sueño no recompone el ciclo y ordena las sombras?. Hoy lo escuché a Jorge decir, en un antiguo reportaje de los ´70:
apenas soy un aprendiz de escritor. Quisiera el sosiego de ser aprendiz.
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